-- Fábula y Moraleja --

Dos soldados se amaban tiernamente.
Grababan en las balas las iniciales de sus nombres propios
elegantemente entrelazadas
-quizá con un punto de cursilería.
Intentaban de este modo llevar su amor al corazón de
todos los hombres.
Lo que estaban logrando
con licencia de armas,
perseverancia
y buena puntería.
Aprendí de esta historia
que a los hombres educados en el desprecio
hasta el amor les sirve para expresar su odio.

Ángel González

2 comentarios:

  1. Jo, has rescatado un buen poema. A ver si lo capté... qué importa la discriminación, sea la que sea, si la cubrimos con amor.

    ¿A ver qué te parece a ti?

    Besos y abrazos de esos grandes, muy grandes

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  2. Me fascina Ángel González, no sé si por su obra o por verlo tan cercano al haber nacido en mi ciudad. Ángel fue un hombre roto por la guerra, por la injusticia, por una dictadura que nunca comprendió y lo llevó al otro lado del Atlántico.Pero, ante todo, fue un ser humano sensible y excepcional, comprometido.
    Le preguntó un periodista acerca del amor en su obra como medio de salvación, y él, como no podía ser menos, clamó al amor entendido "como la culminación de la solidaridad, de intentar entender al otro, de verlo por dentro y tratar de entenderlo".
    Creo que el mensaje en este poema está en que hay que saber sembrar amor para que florezca amor,para que se expanda. Si hay amor, no hay discriminación, no hay germen negativo, se difuminan las diferencias, desaparece el miedo, el rencor.......

    Desde mi madrugada a tus sueños, Miguel,siempre bienvenido.Recibo besos y abrazos,los multiplicaré y retornarán a ti en mayor tamaño.

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